Newsletter 116 – 20.05.2021
Hace unos años nadie se imaginaba que Chile, un país de frutas templadas, iba a ser uno de los principales proveedores de cítricos australes. Para lograrlo el sector realizó varios cambios acertados, lo que coincidió con un aumento de la demanda en los mercados del norte.
Chile es conocido en el mundo por sus frutas templadas, como son las uvas, manzanas, kiwis o frutas de carozo. Tradicionalmente no era considerado un país citrícola. Su posición geográfica lo ubica en la zona límite para una producción de cítricos de calidad. Durante muchos años la producción fue acotada y destinada en primer lugar a abastecer el mercado local. A este se destinaba 70% de la producción, exportándose unas 20-30.000 toneladas. Lo que más se exportaba era limón, algo de naranjas y muy pocas mandarinas a Norteamérica, Europa y Asia.
Pero en los últimos 20 años el panorama cambió radicalmente, siendo actualmente Chile uno de los principales proveedores de cítricos del hemisferio sur. Esto se logró gracias a los cambios que realizó el sector citrícola y a la evolución favorable en los mercados externos, en especial en los EE.UU. El éxito chileno está íntimamente ligado a la creciente demanda por cítricos de contraestación en los EE.UU. Fue en este mercado en el cual se produjo el gran boom y al cual se dirige la mayor parte de las exportaciones chilenas (86% del total).
Todos los cambios realizados por el sector y gobierno chileno fueron muy positivos y llevaron al éxito, a tal punto que los cítricos que eran una fruta menor, pasaron a tener peso en la fruticultura chilena. Actualmente el 14% de las exportaciones de frutas frescas chilenas son aportadas por los cítricos. Hace unos pocos años su participación era de 5-8%. Junto con las cerezas, son las frutas cuya exportación más está creciendo. Mientras que en las otras frutas los volúmenes embarcados son estables (kiwi, pera, palta) o están cayendo (manzanas, uvas), las de los cítricos crecen año tras año.