Cuando se difundió el cultivo de arándanos en los países australes, uno de los objetivos era llegar temprano a los mercados. Poder ingresar en octubre y principio de noviembre era la gloria.
Los precios pagados eran más que atractivos. Pero esto ha cambiado. En este octubre los precios estuvieron muy lejos de los de antaño, a la mitad de hace solo unos pocos años. Por eso surge la duda si el objetivo de llegar temprano todavía es válido o si hay que cambiar de estrategia.
Hace 20 años fue el gran boom del arándano en los países más australes, Chile, Argentina y Uruguay. Luego el boom pasó a países más cálidos, como Perú, Méjico y Marruecos donde gracias a la tecnología el arándano se transformó en un cultivo posible y atractivo. Las premisas eran producir en contraestación y cuanto más temprano uno llegaba a los mercados, mejores precios se obtenían. En octubre se obtenían precios muy atractivos, que cuadruplicaban a los de plena campaña. El gráfio muestra los precios que se obtenían en los años 2008 al 2011. Claramente el objetivo era producir temprano. Toda la estrategía apuntaba a esto, sea la elección de variedades, lugar de plantar o forma de envío, que en caso de Argentina era netamente aéreo.
- La oferta se amplio enormemente
- Se multiplicaron los oferentes
- Los precios cayeron a los niveles mínimos
- Están desapareciendo los momento del año de carencia (ver gráfico)
- Los precios cayeron a los niveles mínimos
- El arandano salió de su nicho a ser una fruta consumida durante todo el año y en forma más masiva.
- Diversificar la oferta
- Diferenciar calidades
- Asegurar una calidad consistente
- Adaptar la oferta del arándano a las exigencias del consumidor (sanitarias, medio ambiente, sociales)
- Continuar con el esfuerzo publicitario
- Seguir mejorando la logística
- Trabajar sobre los costos, sin que esto ponga en riesgo la calidad de la fruta
Orgánico: Esta diferenciación ya se está dando y se presenta como exitosa. De tal forma que todos los países están intensificando y ampliando su producción orgánica.
Diferenciar calidades: los países más australes, como Chile, Argentina y Uruguay, se pusieron como objetivo ser un proveedor de calidad y diferenciarse así de los nuevos productores. La ubicación agroclimática y las variedades implantadas permiten obtener una calidad superior. Ya se está trabajando fuertemente para obtenerlo. Como ejemplo se puede nombrar lo decidido por el
Calidad consistente: ofrecer siempre la misma calidad es un gran desafío para el productor y exportador, pero el mercado lo exige cada vez más. No sirve solo tener variedades más ricas, sino que hay que asegurar la misma calidad durante todo el período de oferta.
Cambio de envase: el plástico pasó a ser una mala palabra, siendo los berries con sus envases plásticos foco de las críticas. El sector frutícola está trabajando fuertemente en reemplazar al plástico por materiales más aceptadas por el consumidor medioambientalista.
Esfuerzo publicitario: Hay que seguir trabajando en este punto, para que el arándano se mantenga en la mente del consumidor como una alimento muy saludable y que ayuda a prevenir ciertas dolencias o enfermedades.