Newsletter 94 –15.07.2020
En junio Perú empezó con sus envíos hacia el norte, iniciándose así la nueva campaña austral. La misma se presenta en un mundo que ha cambiado radicalmente producto de la pandemia. Este desafío junto con la expansión que registra el negocio de los arándanos a nivel mundial obliga a los diferentes países productores rever las estrategias para la nueva campaña.
CHILE: Diferenciación a través de la calidad y trabajar con marca país
Chile fue el país pionero de los arándanos australes. Hace 30 años cultiva y exporta arándanos, siendo por lo tanto una industria muy madura, con una larga experiencia. Hasta el año pasado fue el primer exportador austral. Las exportaciones registraron durante años una fuerte tendencia ascendente, hasta estabilizarse en las últimas tres temporadas en 110.000 toneladas. Además de ser un gran productor de arándano fresco, también es muy fuerte en el congelado, del cual está exportando unas 37.000 toneladas, siendo el primer exportador austral de este producto.
En su historia, Chile pudo solucionar exitosamente los inconvenientes que surgieron, sea por el clima, alguna plaga o problemas comerciales. En los últimos años la situación mundial se complicó ante la creciente competencia por parte de nuevos productores, como son Perú, Méjico y Marruecos. Frente a esta situación la industria chilena replanteó sus estrategias apuntando a ser un proveedor de calidad superior. En este camino el Comité de Arándanos de Chile lanzó el año pasado su Sistema de Calidad cubriendo los diferentes aspectos productivos y comerciales para asegurar que durante toda la campaña arribe fruta de calidad a los mercados. Entre los pilares fundamentales está la correcta selección de variedades, producción, cosecha y postcosecha. Una de las medidas adoptadas es la de incentivar la exportación de variedades que aseguran llegar con calidad a los consumidores y desaconsejar la exportación de variedades que no garantizan suficiente calidad en destino. También se subieron los estándares de calidad, intensificaron los controles y aumentaron los asesoramientos a productores y exportadores. Se financió la adquisición de tecnología, como por ejemplo la compra de máquinas de selección óptica. El objetivo es claramente apostar a la calidad, aunque esto atente algunas veces contra un aumento de la cantidad. Es muy probable que este año se vuelva a exportar volúmenes similares a los de los últimos tres años (alrededor de 110.000 tons).
Otro punto en el cual Chile está avanzando fuertemente, es en la producción orgánica. Cada vez un mayor porcentaje de su fruta se produce bajo este sistema. En el 2019/20 el 15% de sus exportaciones correspondieron a orgánico. Este porcentaje seguramente crecerá fuertemente en la campaña que está por iniciarse. El vuelco hacia lo orgánico se incentivó aún más con la pandemia, al valorarse cada vez más lo natural y sano.
Lo que comercialmente ayuda a Chile es su exitosa experiencia y buen nombre en la exportación de frutas. Hoy Chile puede basarse en su “marca país” para conquistar clientes y mercados. Chile es sinónimo de proveedor de fruta de buena calidad, confiable, con amplia experiencia y fuertes lazos comerciales. Tanto la marca país, como sus productos son apoyados por las campañas publicitarias que se realizan regularmente.
Es probable que el modelo de Nueva Zelanda en la industria de la manzana, sea un ejemplo para el sector arandanero chileno. Nueva Zelanda, es un proveedor con elevados costos, restringida mano de obra y alejado de todos los mercados. A pesar de esto fue uno de los más exitosos, al apostar fuertemente en una manzana de calidad superior, variedades mejoradas, alta eficiencia y un agresivo marketing. Hoy en día son las manzanas neozelandesas las que están en las góndolas de los principales mercados del norte, habiéndole ganado el terreno a los competidores de fruta más económica.
PERÚ: El desafío de ser el número uno
No hay duda de que el arándano fue el cultivo más exitoso de Perú de los últimos años. Su crecimiento fue vertiginoso, de tal forma que se estima que este año será la primera fruta exportada por Perú (por ingresos dólares FOB). A nivel mundial logró pasar a ser el número uno en arándanos frescos.
El éxito se debe a que Perú reúne condiciones muy favorables: clima seco y parejo, sin temperaturas extremas, suficiente agua, grandes superficies disponibles, mano de obra barata, apertura comercial y disponibilidad económica para invertir. La variedad Biloxi, la que predomina, asegura un fruto con adecuada calidad, buen aspecto y suficiente vida postcosecha. La posibilidad de regular el período de producción a través de las podas, así como la ausencia de lluvias y el envío por barco, son otras ventajas que permiten al comprador poder planificar y programar sus pedidos.
Lógicamente se plantearon muchos desafíos debido a que fue un cultivo nuevo para Perú y el rápido crecimiento trajo sus complicaciones adicionales. Hubo que sortear problemas productivos, sanitarios, logísticos y comerciales. Este negocio sigue siendo muy joven, lo que plantea constantemente desafíos. Por ejemplo, la expansión del cultivo trae problemas en la sanidad vegetal que antes no existían. También se complica el manejo de una enorme cantidad de personas, así como el enfriamiento, transporte y la logística para el creciente volumen. El surgimiento del Covid complicó todo el proceso al tener que implementarse protocolos sanitarios, los cuales obligan a un mayor distanciamiento, incrementan los cuidados de las personas y llevaron a un aumento de los costos.
Otros puntos en los que está trabajando fuertemente Perú, es en la ampliación de su oferta varietal y la diversificación de los mercados. Dejar la fuerte preponderancia de la Biloxi, no es nada fácil en las condiciones agroclimáticas de Perú. Se han hecho muchas pruebas y solo algún de las variedades lograron ser exitosas. Por otro lado, se trabaja fuertemente en la apertura de nuevos mercados y explorar las posibilidades en los existentes.
Perú tendrá que enfrentar en esta campaña un montón de desafíos para afianzarse como primer exportador de arándanos frescos. Para la campaña que se está iniciando espera incrementar sus exportaciones en un 40% pasando de las 120.000 tons a 165.000 tons. Lograr ubicar este volumen sin provocar un desmoronamiento de los mercados y de los precios no va a ser tarea fácil. Son muchos los riesgos. Algunos ejemplos son en caso de los EE.UU., Méjico que, al ser país vecino, tiene mayores facilidades logísticas y costos muy competitivos. O por ejemplo en Europa puede surgir una guerra comercial de precios y ofertas entre discounter, siendo los perdedores de tal política los proveedores. Otro desafío es China, en donde Perú tiene que ver cómo puede cumplir con las elevadas exigencias de calidad y packaging.
ARGENTINA: Una industria en fuerte transformación
Fue el clásico proveedor temprano, estando prácticamente solo durante octubre y noviembre. Su industria se basó en iniciarse lo antes posible, por lo cual implantó variedades tempranas, buscó regiones precoces y trabajó con el envío aéreo. Pero con el surgimiento de competidores muy fuertes en el mismo período, se vio obligada a cambiar radicalmente su objetivo.
Al igual que Chile, gracias a sus condiciones agroclimáticas y la implementación de variedades de genética nueva, logra un fruto de calidad y sabor superior. Con esta ventaja busca obtener una diferenciación en el mercado. Para que su industria sea competitiva a nivel mundial quedan varios desafíos a resolver como un mayor recambio varietal, el vuelco hacia el transporte marítimo, el aumento de la productividad y la reducción de los costos internos. Todo esto llevará su tiempo, por lo cual se estima que las exportaciones se ubicarán este año en niveles similares a los de los últimos años, apuntándose a una exportación de calidad, más que de cantidad.
Como ventaja frente a los países vecinos, cuenta con un mercado local de creciente importancia. Ya el año pasado el Comité de Arándanos hizo campañas publicitarias para incentivar el consumo interno.
Otro punto a favor y que adquiere importancia ante la crisis económica que sufre Argentina, acentuado por la pandemia, es reforzar esta actividad frente al gobierno y a la sociedad como demandante de mano de obra e importante fuente de divisas, tan necesitados por el país.
SUDAFRICA: En plena fase expansiva
Inicialmente Sudáfrica tuvo que enfrentarse a varios desafíos técnicos para implementar este cultivo. Pero superado estos inconvenientes, está logrando tener éxito en el cultivo en diferentes regiones del país. Actualmente se encuentra en plena fase expansiva, aumentando año tras año fuertemente la superficie y las exportaciones. En la campaña pasado logró exportar algo más de 12.000 tons. Los pronósticos para la campaña 2020/21 varían según fuente, pero se ubican entre las 16-18.000 tons.
Entre los desafíos por resolver es la apertura de nuevos mercados y la mejora en la logística. Este último punto adquiere especial importancia en las circunstancias actuales del Covid. La exportación de frutas sudafricanas se complicó este año seriamente provocando retrasos muy marcados en los envíos. Hay que ver si cuando se inicie la exportación de arándanos logró superarlos o no.
URUGUAY: Recuperarse de las inclemencias climáticas
La producción arandanera viene de dos años muy complicados en el cual el clima no tuvo perdón con el cultivo. Esto llevó a una fuerte caída productiva y de exportación. Por lo cual en primer término se buscará recuperar el nivel de años previos y poder exportar nuevamente 1.500-2.000 tons.