Newsletter 101–23.09.2020
Desde que China se abrió al mundo no deja de sorprender. Se transformó en el centro de atención de todo el mundo occidental, sea por las enormes oportunidades, su rapidez de crecimiento y su cada vez mayor incidencia sobre la economía y política mundial. Con su población de 1.407 millones de habitantes se disputan junto con India ser el país más poblado del mundo. Probablemente India lo esté superando o lo haga en muy poco tiempo, al tener una tasa de crecimiento poblacional mucho mayor que China. Este país aplicó durante décadas una controvertida política de restricción de nacimientos, que marcó fuertemente la sociedad. Pero a pesar de esto cuenta con una enorme población, que está mejorando su nivel de vida constantemente. El sostenido crecimiento económico durante los últimos años, superior al 6% anual, significó una mejora sustancial para la población. Se ha formado una importante clase media-alta, la cual adquirió nuevas formas de vida, explorando constantemente productos nuevos, buscando mejorar su calidad de vida, adquiriendo características del mundo occidental. Dentro de este grupo hay que destacar la generación de los millenials. Son consumidores que nacieron y vivieron el proceso de reformas económicas. Son bastante independientes y determinados a la hora de consumir. La mayoría son hijos únicos que buscan sobre todo la satisfacción personal. El consumo de productos novedosos e importados es una forma de satisfacción personal y de estatus.
La fruta es, en este contexto, un producto que goza de activo interés. Culturalmente es muy valorada como regalo y está fuertemente vinculada a ciertas tradiciones y festividades. Esto lleva a que la calidad de la fruta, su aspecto y la presentación tengan especial importancia, mayor de la que se adjudica en otros mercados. Una fruta que cumple con el gusto del consumidor chino tenga un aspecto muy atractivo y sea embalado en un envase llamativo, se vende rápida y frecuentemente a precios elevados. Lo que no cumple con estas premisas, cuesta ubicarlo en el mercado.
China es un gran productor de frutas. En la mayoría de las frutas templadas es el número uno. Esto se da para manzanas, peras, mandarinas, pomelo, uva de mesa, ciruelas y duraznos. La mayor parte de lo que produce se consumió localmente. También es un gran industrializador, siendo número uno mundial en manzanas, peras, mandarinas, ciruelas y durazno. El porcentaje que exporta es menor, pero ante el enorme volumen que produce, el volumen exportado es importante. También en este caso se ubica en algunos casos en el primer puesto mundial, sea para las manzanas, peras o mandarinas.
Pero a pesar de ser un gran productor de fruta, se ha transformado en un atractivo importador. Nuevamente es la gran población y dentro de esta el aumento de la proporción de mayor poder adquisitivo que transforma a China en un destino interesante. El incremento del comercio frutícola de China está asociado a los cambios que se dieron en los últimos años: crecimiento económico, fuerte clase media-alta, apertura al Occidente, interés en productos nuevos, deseo de mejorar el nivel de vida y la salud, satisfacción personal, etc. En la fruta importada se ve una ampliación de la oferta, tanto en variedad, calidad, como el momento del año. Actualmente pueden comprar cerezas, que es la fruta predilecta de los chinos, no solo en la temporada local, sino también durante el invierno y en especial para la celebración del Año Nuevo. Se busca importar fruta de calidad superior, para diferenciarse de la local, de marcas conocidas, atractivas tanto por su aspecto externo, como presentación. A los millenials les encanta probar algo nuevo. Han viajado al exterior y quieren adquirir en su país, lo que han visto en el extranjero. A esto se suma la tendencia hacia una vida más saludable y la preocupación por la seguridad alimentaria. Esto se acentuó por la irrupción del coronavirus. Este trajo una creciente valoración de los productos saludables y/o de los alimentos percibidos como funcionales. Además, se valora las compras seguras. Creció fuertemente el interés en las bondades y características del producto, su origen y su logística.
Fue el primer país que sufrió el Covid-19 y que por lo tanto está en la evolución de la pandemia un paso más adelante que el resto del mundo. Ya en enero-febrero se impuso una estricta cuarentena, lo que el resto del mundo sufrió 2-3 meses después. Inicialmente provocó una gran alteración en toda la actividad y paralizo la economía. Justo coincidió con el Nueva Año Chino, que es el gran evento del año. Para el mismo suelen movilizarse 350 millones de chinos a sus lugares de origen. Son las principales vacaciones. El consumo de fruta, en especial la importada, se incrementa al llevarse fruta como regalos. También se acude más a restaurantes, bares, etc. Para los exportadores australes, dentro de estos especialmente Chile, provocó un gran dolor de cabeza. Fue un desastre logístico, al quedar la fruta retenida en las aduanas, saturarse los puertos, haber una escasez mundial de contenedores, etc. Las pérdidas fueron cuantiosas. Pero relativamente rápido la situación volvió a controlarse y normalizarse. China se recuperó rápidamente, volviendo en pocos meses a su actividad normal. De tal forma que en el segundo trimestre del año nuevamente empezó a crecer su economía y esto se ha acelerado durante las últimas semanas.
En los últimos meses la situación se ha normalizado. La mayoría de los chinos volvieron a su ritmo habitual de vida, si bien existen rebrotes locales principalmente a causa del regreso de ciudadanos portadores del virus desde el exterior. Esto lleva a que la actividad turística no se normalice por completo por el momento, con lo cual el consumo destinado a sector HORECA seguirá resentido.
Como suele suceder con las crisis estas operan como un acelerador de cambios en las formas de consumo de gran parte de la población. Se acrecentó el uso de las compras por internet, algo que los más jóvenes ya manejaban pero que, durante la cuarentena, muchas personas mayores comenzaron a incorporar para no tener que salir de sus casas. China es lejos el país con el mayor uso del comercio electrónico a nivel mundial y con la pandemia se incrementó un 200%. Actualmente son más de 700 millones de usuarios que compran periódicamente en línea. China posee más del 25% de los usuarios de internet mundiales, lo que significa más que EE.UU.+India+Japón en conjunto. En este aspecto el servicio de mensajería WeChat (la aplicación de mensajería instantánea más utilizada en el país, con más de 1.000 millones de usuarios) jugó un papel fundamental ya que, a diferencia de Whatsapp o Messenger, integra otros servicios como la compra de productos y está integrada al sistema de pagos electrónicos.
Todo esto es un gran desafío para los exportadores. No hay duda de que China es un enorme mercado, con grandes posibilidades; pero para ser exitoso hay que tener en cuenta las características propias. Las estrategias de los exportadores deberían tener en cuenta algunos puntos:
- Fruta tiene que cumplir con las exigencias chinas: alta calidad interna, muy lindo aspecto, sabor del gusto del consumidor chino
- Embalaje: adquiere especial importancia. La fruta frecuentemente es considerada un regalo
- Unidades pequeñas: las familias son pequeñas (1-3 personas) y los hogares tienen poco espacio
- Marcas: adquieren importancia en la fruta importada
- Resaltar el valor agregado
- Diferenciación con otros productos
- Publicidad: algunos países, como por ejemplo Chile o Australia, están realizando grandes esfuerzos
- Énfasis en los procesos de inocuidad / seguridad de los productos
- Alimentos funcionales / beneficio para la salud
- Promociones enfocadas a mercado millenial (ej: uso de influencers)