Newsletter 106 – 25.11.2020
Análisis de la campaña austral 2020
La pera es la estrella de la fruticultura argentina. Es la principal fruta exportada, aportando entre el 35-40% del volumen y valor exportado por las frutas frescas. La economía del Valle del Río Negro depende en gran medida de la evolución de la campaña de pera. Argentina es líder en el mercado mundial, siendo el segundo exportador mundial y uno de los principales productores e industrializadores. Este lugar lo mantiene gracias a las ventajas competitivas y las excelentes condiciones agroclimáticas del Valle del Río Negro para su producción. La pera argentina pudo resistir mejor los embates de una política adversa al sector que otras frutas. En el Valle la producción y superficie registró una leve reducción y las exportaciones, aunque cayeron, lo hicieron menos que otras frutas.
A nivel mundial durante los últimos años el comercio de pera se presentó bastante estable, para no decir estancado. Es una fruta a la que se le está prestando poca atención a pesar de tener un gusto delicioso, ser dulce y beneficiosa para la salud, características buscadas por los consumidores actuales. Por lo cual la comparación con la bella durmiente del cuento de los hermanos Grimm que espera su príncipe para ser despertada, nos parece muy adecuada. Son relativamente pocas investigaciones, estudios o innovaciones que se están realizando. En comparación con su hermana mayor, la manzana, en la cual explotó el desarrollo de nuevas variedades, se está haciendo muy poco en peras. Prácticamente no existe una nueva variedad que haya adquirido importancia a nivel comercial, por ahora se continúa con las clásicas. Incluso tampoco se observan muchas selecciones mejoradas, como sí se ha dado en otras especies. Esta falta de entusiasmo por las peras, también se refleja en el consumo que viene decayendo año tras año en los principales mercados. La pera es catalogada como fruta vieja, con falta de gusto, dura y sin atractivo.
También la evolución de las exportaciones del hemisferio sur refleja esta retracción. En la última década las exportaciones australes pasaron de las 770.000 toneladas a las 630.000 actuales. Se dejaron de exportar 140.000 tons. La mayor reducción se dio en las exportaciones de Argentina, pero también se redujeron las de Chile, mientras que se mantuvieron las de Sudáfrica.
La evolución de las exportaciones está muy relacionada con las variedades y los mercados. Dentro de las variedades se retrajeron fuertemente las clásicas como la Packhams, Bartlett y Bosc; mientras que se mantuvo la Abate y creció la Forelle. En caso de los mercados se observa una disminución en los envíos a Europa y se mantuvieron relativamente estables los a Rusia, EE. UU. y Latinoamérica. Asia, que en otras frutas se vislumbra como el gran mercado, no lo es para la pera, ya que demanda solo cantidades relativamente pequeñas.
Argentina
Desde el punto de vista productivo este año se presentó con una merma, ante un menor rendimiento en la Williams, variedad predominante. Un retraso del inicio de la cosecha y predominancia de tamaños medios a chicos también limitó las exportaciones. En las otras variedades la producción se mantuvo dentro de los rangos habituales. La situación en los mercados de ultramar se presentó mejor a la del año previo, debido a una menor disponibilidad local.
Gracias a esto Argentina logró recuperar parte de los mercados perdidos. Se envió nuevamente mayores volúmenes a la Unión Europea y a Rusia, que recibieron el 20 y 30% del total exportado. Latino- y Norteamérica demandaron volúmenes promedio. Dentro de las variedades hubo una retracción en los envíos de Williams y en las rojas; mientras que se pudo recuperar la exportación de las Abate, Packhams y D´Anjou. En los primeros siete meses del año se exportó un volumen levemente superior al 2019 y al promedio de los últimos 3 años. Se espera finalizar el año con un volumen cercano a las 325.000 toneladas, lográndose superar las exportaciones del 2016 al 2019.
Sudáfrica
En esta campaña adversidades climáticas, como son golpes de calor y falta de agua, limitaron la producción. Esto no pudo ser compensado por la expansión que registra este cultivo en los últimos años. Por lo cual el total exportado a mediados de año alcanzó las 155.000 tons, volumen inferior al de años previos cuando se logró las 170-180.000 tons. Europa sigue siendo el principal destino, aunque en los últimos años se redujo su incidencia. Tradicionalmente recibía más de la mitad del total exportado, pero en esta campaña fue el 40%. Por otro lado, los destinos que aumentaron su participación fueron Rusia, que recibió el 20% del total exportado. También el Medio Oriente es un gran comprador de fruta sudafricana, siendo una de las beneficiadas las peras.
Solo acotados volúmenes se envían a los destinos menores como Norteamérica, el Lejano Oriente o los países africanos. Dentro de las variedades, sigue siendo la Packhams, la principal variedad, con una participación del 40%. La que se ubicó en los últimos años en el segundo lugar, desplazando a la Williams, fue la Forelle. Sudáfrica apostó fuertemente a esta pera, la cual actualmente aporta el 25% de las exportaciones. En contraposición se retrajo fuertemente la Williams, la cual en el 2019 solo participó del 10% de los envíos. La Williams se destina cada vez más al mercado local y a la industria.
Chile
La situación de la pera no es fácil dentro de la fruticultura chilena. Su menor rendimiento, problemas comerciales y productivos llevaron a que sus plantaciones sean reemplazadas por cultivos más atractivos como son las cerezas o frutas secas. Este año se sumó la escasez de agua que viene sufriendo Chile. A mediados de año las exportaciones apenas superaban las 100.000 toneladas, siendo las más bajas de la última década. El principal mercado es Europa, que recibe el 40% de los envíos. Le sigue Latinoamérica (40%), Rusia y Norteamérica (ambas con una participación alrededor de los 10%). En el tema varietal, Chile hizo un gran trabajo, reduciendo marcadamente sus envíos de Packhams, Bosc y Bartell y pasando a Abate, Forelle y Cocsia. La principal variedad pasó a ser la Abate que aporta el 25% de las exportaciones, le sigue la Packhams, Forelle, Cocsia y Bosc