Newsletter 140 – 20.09.2022
La pandemia sacudió al mundo y trajo a la luz el tema salud. No hay duda de que pasó a ser un tema prioritario, sea comiendo sano, haciendo actividades al aire libre o incentivando los deportes. Luego de dos años, uno se plantea si estas tendencias se mantuvieron o no. ¿Realmente comemos más sano? ¿Qué pasó con las frutas? ¿Se mantuvo el boom de consumo?
Pospandemia
Investigaciones sobre el consumo realizados recientemente demuestran claramente que el tema salud se mantiene como prioritario. Todos los grupos de consumidores consultados comentaron que el tema salud se instaló en sus vidas y que han cambiado costumbres y hábitos. En especial los padres expresaron su preocupación en transmitírselo a sus hijos. Por ejemplo dentro de los cambios que comentaron está dejar de comer lo ultra-procesado y la comida chatarra; ir más al gimnasio, reducir el consumo de galletitas o golosinas, prepararse jugos en vez de gaseosas, etc. Coincidían que en este cambio las frutas cumplían un rol fundamental. Expresaban que trataban de comer más frutas y verduras por sus hijos, cuando tenían antojo de algo dulce optaban por frutas, en vez de las galletitas o el pan, tratar de incorporar por lo menos una fruta por día.
Las frutas están fuertemente asociadas a la salud. Es una sabiduría popular que la fruta es sana, eso no se discute. Tiene una buena imagen en la sociedad.
Evolución del consumo de frutas
Este vuelco hacia lo sano y las buenas intenciones de los consultados debería reflejarse en un aumento de las ventas de frutas. Este se dio durante la primera parte de la pandemia. Las ventas se duplicaron a triplicaron, a pesar de que frecuentemente los precios de las frutas eran superiores a lo habitual. Es decir se compró más fruta, a pesar del mayor precio. Pero el efecto pandemia duró poco, apenas un año. Al año siguiente a la irrupción de la pandemia, el consumo se normalizó. Se volvió a la situación pre-pandemia, y esa es más que preocupante. La mayoría de las frutas registran hace años una constante caída de su consumo.
Evidentemente la percepción no coincide con la realidad. La caída del consumo de frutas dentro de un contexto de vuelco hacia lo saludable, es grave y requiere un análisis más exhaustivo. Dentro de las frutas hay algunas que sí han incrementado su consumo, tal es el caso de las paltas, los arándanos y las frutillas. Son frutas que se adaptan muy bien al ritmo de vida actual, por su facilidad de comer y su excelente sabor. Pero lo más importante, están de moda. Tienen imagen de sanas y son muy promocionadas en las redes sociales. Entran en el grupo de los otros productos que están de moda, como son las almendras, el salmón, las legumbres, etc. Por lo tanto queda claro, que si el bolsillo lo permite, se ha volcado al consumo de estos productos. Si es más sano o no que comer una simple manzana o naranja, se verá con el tiempo.
Caída del consumo
Hay que aclarar que la disminución del consumo no es un hecho aislado pospandemia, sino que se engloba en la tendencia negativa de hace muchos varios. En los últimos 10 años el consumo de frutas de Argentina cayó un 10%, pasando de los 51 kg/hab/año del 2010 a los 46 kg/hab/año del 2020.
Acá hay dos factores que son muy preocupantes. Por un lado el nivel de consumo actual, que es la mitad de lo recomendado por los organismos de salud. El otro es que no hay consciencia sobre el bajo consumo. Casi la mitad de los encuestados consideraba que comían suficiente. Incluso las respuestas de las madres lo reflejaban: “Trato de que los chicos coman una fruta por día”. Eso es un consumo insuficiente. Los organismos de salud recomiendan 5 porciones de frutas+verduras por día. Tampoco los profesionales de la salud, ni los organismos públicos son conscientes del bajo consumo.
Factores que inciden sobre el consumo
- Comodidad: factor importante; se quiere comer fruta, pero en el momento decisorio se opta por un yogur o postrecito porque resulta más cómodo. También es decisorio cuando se elige entre frutas, en general ganan las más cómodas, como son las bananas, los berries, uvas y mandarinas. Entre las perdedoras están las naranjas, peras, duraznos ó pomelos.
- No saben si lo que compran es rico: la mayoría de los consumidores no poseen un criterio de selección. Desconocen cuál es la mejor fruta, no saben elegirla. Se sienten frente a “una lotería”, sabiendo recién al consumirlas si compraron algo rico. Si compran en fruterías, consultan al verdulero. Él es la persona clave en el momento de elegir una fruta. Son comunes las frases “cual me recomendás?” “dame la más dulce”, “dame la de la semana pasada, que era muy rica”.
- Mala experiencia: compraron una fruta que no gustó, por lo cual dejan de comprarla por lo menos durante 1-2 semanas.
- Sabor/salud: las frutas se consumen porque gustan, es decir por su sabor y placer de consumo. El tema salud pasa a segundo plano. Nadie consume algo porque es sano, sino porque es rico. Por lo cual el sabor y la experiencia previa al respecto es el decisorio en el momento de hacer una compra.
- No es considerado un alimento esencial: hay alimentos que los padres consideran fundamentales en la crianza de sus hijos. Tal es el caso de la leche. Todo padre va procurar que su hijo consuma todos los días leche, sea esta vacuna o un sustituto. Lo considera como obligación de padre. Tal no es el caso de las frutas.
- No tiene marketing: los alimentos provenientes de las grandes industrias (lácteos, golosinas, panificados), se promocionan constantemente. La fruta, que producen y comercializan en general empresas relativamente chicas, no suelen dedicarse al marketing. Las campañas publicitarias son escasas.
- Hay poca renovación: al consumidor actual le gusta innovar; probar algo diferente, novedoso. Las industrias utilizan esta táctica para ampliar su clientela. Tal no es el caso de las frutas, hay pocas innovaciones. Además cuando sale al mercado una nueva variedad o tipo, no se lo suele promocionar, ni diferenciar lo suficiente de las tradicionales.
- Regreso de viajes, asistir a restaurantes: hay un fuerte vuelco hacia los disfrutes que estaban prohibidos durante la pandemia. Se volvió a viajar y a comer en restaurantes. Los hoteles y restaurantes incorporan pocas frutas en sus menús, de manera que el mayor consumo se da en los hogares.
Reducir gasto en salud
Es fundamental que el sector frutícola, así como los organismos públicos, en especial los relacionados a la salud, tomen consciencia de la grave situación actual. Sería muy bueno que los profesionales de la salud, pero también de otros sectores, como los educadores, cocineros, etc. vuelvan a rescatar y valorar las frutas. El gasto de salud a nivel nacional es muy elevado. Un mayor consumo de frutas ayudaría a prevenir las enfermedades que más están preocupando (obesidad, diabetes, cánceres, etc.) y ayudaría a reducir el elevado gasto actual.