Newsletter 144 – 19.12.2022
Todos los actores del mundo de la fruta coinciden que el año que está por finalizar, fue uno de los más complicados para el comercio frutícola. Tampoco la palta, la niña bonita de las frutas, se salvó.
Los últimos años fueron más que exitosos para las paltas. En todo el mundo la producción y su comercio se expandieron a pasos agigantados y este fuerte plus fue absorbido por una demanda que también creció de forma explosiva. Dentro de este contexto, hay que destacar que en contra de las leyes del marketing, los precios se mantuvieron estables e incluso mejoraron, a pesar del constante aumento de la disponibilidad. Los mayores precios se explican por una mejora en la calidad y a que se ofreció cada vez más palta pre-madurada. La compra de la palta es impulsiva, respondiendo a un entusiasmo en el momento del consumidor. La palta pre-madurada permite cumplir con ese impulso, ya que se la puede consumir inmediatamente. En contraposición en las paltas comunes hay que esperar unos días hasta que se logre la óptima maduración.
Pero en los últimos 2 años el camino del éxito tuvo que empezar a superar en el mercado europeo algunos obstáculos. Hubo momento en los cuales se concentraron los envíos, el mercado se saturó y costó ubicar toda la fruta arribada, en especial los calibres extremos, y los precios cayeron. En el año que está por finalizar la situación se complicó bastante más. Esto se debió en primer término por la crisis que están sufriendo las economías del norte. Cayó el poder adquisitivo, hay inflación y el consumidor lo siente. Restringe las compras, prioriza algunos gastos (ej. viajes) y ahorra en otros, como son los alimentos. La palta, que es una fruta cara, lo siente especialmente. Las promociones no tienen el efecto de otros años. Los voluminosos envíos no encontraron suficiente demanda, el mercado se saturó y los precios cayeron. En plena campaña austral los precios llegaron a niveles históricamente bajos. A esto hay que sumarle el fuerte aumento de los costos que sufrieron los productores y el transporte. Ante esta mala ecuación los países que estaban exportando en pleno verano europeo, como son Perú, Sudáfrica y Kenia, redujeron fuertemente sus embarques. Gracias a esto el mercado pudo recuperarse y el último tercio de campaña se desarrolló correctamente.
A pesar de una demanda estancada y precios bajos, los países australes lograron incrementar nuevamente sus exportaciones. Perú alcanzó un nuevo récord exportador. Con 540.000 tons logró superar en un 15% al 2021. Chile se recuperó, luego de la fuerte caída de la campaña anterior. Con 126.000 tons exportadas, se ubicó un 70% por encima del 2020/21, pero sin alcanzar los niveles de los años previos (2019/20, 2018/19, 2017/18). Sudáfrica exportó 65.000 tons, un volumen levemente superior al 2021 y 2019, pero sin alcanzar al 2020 y 2018. Las 94.000 tons del 2021-22 de Colombia fueron muy similares a las del 2020-21.
Europa sigue siendo el principal destino de los proveedores australes. En caso de Sudáfrica y Colombia hay una total dependencia, recibiendo el 80-95% de sus exportaciones. En caso de Chile y Perú se envían dos tercios a Europa. Para Perú el segundo destino son los EEUU (23%), mientras que para Chile lo es Latinoamérica (19%). Asia aparece en ambos casos como tercer destino. Asombra como va creciendo el interés de los asiáticos en las paltas, fruta antes poca conocida en la mayoría de los países de la región.